Harpía deriva de la palabra griega “harpe” que según la mitología representaba a un ave de presa como un monstruo volador con afiladas garras, rostro de mujer y cuerpo de zopilote, cuyos excrementos emitían olores desagradables y dañaban todo lo que tocaba.
En nuestro país, vive casi exclusivamente en las regiones forestales del Darién y el Chagres, pero se han visto ejemplares en Bocas del Toro. Mide un poco más de un metro de altura y pesa unas 18 libras y al abrir sus alas puede medir hasta dos metros. Se alimenta de osos perezosos, monos y otras aves más pequeñas y tiene la costumbre de arrojar los huesos y uñas de sus presas fuera del nido. Se reproduce cada 3 años y coloca dos huevos de los cuales en su mayoría solo sobrevive uno. El pichón pasa 2 años en el nido bajo el cuidado del macho, quien se encarga de cazar y proveer alimento; y de la hembra, quién tiene la tarea de cuidar el nido. Ambos son padres ejemplares; la hembra protege al pichón en días calurosos colocando ramas en el nido para que sirvan de sombra y en días lluviosos protege al pichón con sus alas como si fuera un paragua. En ausencia de alguno de los padres, el otro asume el cuidado completo del pichón, hasta que éste se independice.
Por medio de la ley 18 del 10 de Abril de 2002, la Asamblea Legislativa declaró al Águila Harpía ave nacional de Panamá y se elige el 10 de Abril día de ésta ave. Cabe destacar que ésta ley establece multas que van desde quinientos dólares (B/.500.00) hasta cinco mil dólares (B/.5,000.00) para quién capture, trafique, cause daños o muerte a águilas adultas, sus crías, huevos o nidos.
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